sábado, 18 de diciembre de 2010

SALVEMOS RIOSECO - Proyecto del IES Merindades de Castilla




El Instituto de Enseñanza Media de Villarcayo (IES Merindades de Castilla) presentó ayer en público el proyecto que durante este curso involucrará a casi todos los departamentos del Instituto durante el presente curso escolar. Con este proyecto, el Instituto de Villarcayo se suma a otras iniciativas guiadas por el interés común a todas ellas por salvar de la destrucción lo que queda del antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco, posiblemente las ruinas más emblemáticas de la comarca de Las Merindades.

La presentación del proyecto en público tuvo lugar ayer, viernes 17 de diciembre, en el salón de actos de Caja Burgos situado en la Plaza Mayor de Villarcayo. En la presentación intervinieron la directora del centro Mar Martínez, así como la profesora Ester López Sobrado quien ofreció algunos datos de interés sobre la historia del monasterio y su valor artístico y humano, y el actual párroco de Rioseco, profesor también del centro, Juan Miguel Gutiérrez Pulgar quien realizó una bonita reflexión sobre el valor humano y religioso del monasterio y sobre la importancia de este proyecto que permite aunar las voluntades de muchas personas en algo común.

Dentro de este proyecto, el instituto de Villarcayo ha puesto a la venta unos calendarios con una magníficas fotografías de Alberto Uyarra, así como puntos de lectura, chapas y camisetas. Con los pequeños beneficios que produzca la venta de todo ello se podrá financiar la edición de un libro que está preparando la profesora López Sobrado sobre el monasterio.

A continuación transcribimos la intervención de Juan Miguel Gutiérrez, párroco de Rioseco y profesor de religión del IES Merindades de Castilla:

Hace ya más de cuatro años que llegue a esta hermosa tierra de las Merindades y en concreto a Villarcayo y al Valle de Manzanedo.

Yo conocía las Merindades como mucha gente de Burgos gracias a excursiones actividades deportivas, visitas culturales, campamentos. Pero tengo que reconocer que cuando el obispo me encomendó el Valle de Manzanedo para mi era un gran desconocido, que había pasado inadvertido en las numerosas veces que había estado en esta comarca. Manzanedo no solo era desconocido como Valle sino que era desconocido su patrimonio natural y cultural.

Desde que llegué aquí reconozco que siempre me he sentido afortunado de mi destino en estos pueblos. Poco a poco fui descubriendo un lugar y un espacio privilegiado y desconocido que ha sido un auténtico regalo en mi historia personal, principalmente por la gente con la estoy, trabajo y comparto mi vida y amistad. Por los hombres y mujeres de este valle y esta tierra que me han hecho sentirme querido y útil.

Pero resulta que en las entrañas de este Valle me aguardaba un regalo más: Un lugar insospechado e increíble. ¿Quien me iba a decir a mi que iba a ser cura de un monasterio? Yo que huyo del silencio y de la vida tranquila y reposada, recibí un lugar que es símbolo de espiritualidad, de silencio, de recogimiento, de paz. Todavía recuerdo que en los primeros meses alguno me tomaba el pelo llamándome “abad de Rioseco”.

Pero así fue, me toco un hermoso regalado, aunque precisamente lo de tranquilo es lo que no me ha aportado pues me ha dado unos cuantos quebraderos de cabeza.

Rioseco es un maravilloso lugar a la vera del majestuoso Ebro. Escondido, casi sumergido, entre la naturaleza. En sus muros he recuperado el placer de escuchar el silencio fumando un cigarro (aunque sea políticamente incorrecto), sentado en alguna de sus piedras y dejando simplemente que pase el tiempo

Ver por primera vez Rioseco, sus muros, su claustro, su espadaña, su Iglesia, su horno, su escalera de caracol y un largo etcétera, evoca algo misterioso. Uno se siente en un lugar especial, donde la imaginación vuela y reclama su espacio y donde cualquier visitante que llega, como muchos de los que estáis hoy aquí, se siente interrogado o, por lo menos, cualquiera que tenga un poco de sensibilidad o de capacidad de asombro, no queda indiferente.

Rioseco es increíble y cada uno de sus rincones, pero claro, ahora vienen los interrogantes. Los porqués. Es como si de repente uno piensa en Rioseco y aflora el malestar y la tristeza

PORQUÉ ESTE DETERIORO
PORQUE ESTE ABANDONO
PORQUE ESTE EXPOLIO

Si es un lugar tan impresionante, con tanto valor artístico, con tanto valor histórico y cultural, con el valor añadido de la fe para tantas personas, hombres y mujeres creyentes que han bebido en el para alimentar sus raíces cristianas y sus valores humanos ¿Qué ha pasado para llegar a esto?

Y no hablo desde el punto de vista de las piedras. Piedras que se caen y que son bonitas. No, hablo de que ha pasado en el corazón de los hombres y mujeres para que nos dejemos perder algo que sobrepasa el valor patrimonial y económico, algo que nos habla de nuestra historia y de nuestra vida. Es una cuestión, sobretodo, de valores y convicciones.

Y aquí llega esta nueva oportunidad. Este proyecto de Innovación educativa que une una serie de aspectos fundamentales:

Por un lado pretende la sensibilización sobre Rioseco, sobre la necesidad de salvar lo que nos queda de este lugar y que se proteja, para que otros puedan descubrir la grandeza de nuestra historia y arte

Pero también es una fuente de valores para nuestros jóvenes. Que aprendan a amar a su tierra, que la defiendan, que rescaten lo que significa luchar por un bien común.

Los cuarenta profesores, que van a intervenir en el PIE, van a ayudar a que los chavales sientan algo como propio y a que todos desde distintos ámbitos y materias, pero también desde las distintas formas de pensar y de ver la vida, podemos trabajar juntos por un fin común y bueno.

Nuestras raíces se plasman en las piedras de nuestros edificios y se convierten en piedras vivas cuando vemos más allá de las zarzas que las cubren.

Por otro lado tengo que decir que Rioseco no es mérito nuestro. Soy consciente de que se llevan varios años trabajando por conseguir algo

Hace más de 10 años que Miguel Ángel Moral estuvo de Diacono por aquí, e intentó un montón de historias por no dejar perder Rioseco. Lo mismo hizo Jesús Mari y Julián, mis predecesores en el Valle, hasta se que Jesús, nuestro párroco de Villarcayo, hace ya varios años estuvo con jóvenes de una parroquia limpiando zarzas y hiedras

Se que otros grupos de trabajo han estado siempre atentos y alertas a sensibilizar a una población para que no se dejaran perder el monasterio.

Casi Rioseco se ha convertido en el símbolo de continuos pequeños fracasos. Lo se por propia experiencia en cada uno de los hilos que he ido tocando

Ministerio de cultura, Junta de Castilla y León, Fundaciones, Gobierno central con el PENBU,…

Cada vez que he llamado a una puerta siempre hay buenas palabras pero siempre falta dinero.

La única conclusión que he sacado en este tiempo es que no tenemos que cansarnos. Hay que seguir trabajando, aunque sea solo por conseguir que se consoliden esas ruinas que hablan por si mismas del pasado y de la historia de las Merindades.

Además siempre uno encuentra satisfacción en la ilusión de las más de dos mil quinientas firmas que tenemos en la WEB, o de los más de 180 que participan en Tu eliges tu decides de Caja Burgos, o en la ilusión de los socios de Amigos del Monasterio de Rioseco, con el escritor burgalés Elías Rubio a la cabeza. O, por supuesto, en la estupenda labor que el Grupo de profesores de Aldaba, con Esther López a la cabeza, desarrolla en la defensa del patrimonio de esta tierra. La labor de personas anónimas con mucho esfuerzo personal como Jesús y Lali de Peñalba, de Manzanedo que han elaborado la página Web del monasterio. O en el apoyo incondicional del Ayuntamiento del Valle de Manzanedo y de los distintos partidos políticos de esta zona.

Ya no es cuestión de buscar culpabilidades es cuestión de aportar soluciones, de sumar gente y de aprovechar esta oportunidad que tenemos desde el Instituto de sensibilizar a nuestros jóvenes y a sus familias.

Salvemos Rioseco es un grito no solo para salvar el monasterio sino para salvarnos nosotros y que el futuro no nos juzgue por lo que no hicimos.

Salvemos Rioseco es una oportunidad para salvarnos de nuestro individualismo y materialismo, uniendo esfuerzo por un bien común.

Gracias.